jueves, 23 de septiembre de 2010

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Fieles celebran hoy en el Santo Cerro el Día de las Mercedes
Miles de peregrinos católicos participarán en las festividades de la Virgen de Las Mercedes, Patrona del Pueblo Dominicano, en todos los templos del país, especialmente en el santuario del Santo Cerro, La Vega, edificado en 1884, y donde, según la tradición Nuestra Señora de Las Mercedes, se apareció a los soldados españoles que libraban un combate con los aborígenes de la isla en los primeros años del Descubrimiento.
El feriado de Las Mercedes, cada 24 de septiembre, es un evento religioso que paraliza las actividades oficiales del país y miles de personas se movilizan a los templos, especialmente al Santo Cerro, donde suben devotos a pie y de rodillas de distintos pueblos.
La preponderancia a la advocación de Las Mercedes y la fe que le profesaba el pueblo se reconfirmó con la fundación del Estado Dominicano en 1844, cuando la Virgen de Las Mercedes fue declarada Patrona Nacional. Desde entonces miles de personas, capillas, calles, parroquias e instituciones públicas y privadas llevan su nombre.
Varias poblaciones como Cabrera, Constanza, Hato Mayor, Imbert, Pimentel, Azua y Santiago Rodríguez, tienen con patrona particular esta advocación de la Virgen María.
El título mariano la Merced se remonta a la fundación de la Orden religiosa de los Mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España. Siendo Gobernador de La Española Don Diego Gómez de Sandoval, el 8 de septiembre de 1615 ocurrió un fuerte terremoto (de grado IX en la escala de Mercalli) en la isla, con numerosas réplicas durante por lo menos 40 días. La ciudad de Santo Domingo fue severamente afectada, muriendo alrededor de 24 personas.
Entonces el Cabildo de Santo Domingo declaró a la Virgen de las Mercedes “Patrona de La Española”. Su culto se celebraba en los aniversarios del mencionado terremoto, 8 de septiembre. En 1740. Por Real Cédula, su festividad fue cambiada para el 24 de septiembre.
No sólo de los pueblos de la región Norte se desprenden personas a lo alto del Santo Cerro, sino que también es una tradición que creyentes de otras latitudes del país, como la capital, el Este y hasta del lejano Sur, se confundan en una sola comunión para rendir culto y reafirmar su fe a la Virgen de las Mercedes.
La ocasión es aprovechada por cientos de pedigüeños de todo el país para mostrar sus necesidades y pedir públicamente que les sean remediadas.
Como es una vieja costumbre, un día antes de la celebración del Día de las Mercedes, desde que el sol se apaga y la alta temperatura baja, miles de feligreses de comunidades de La Vega y pueblos vecinos inician un peregrinaje a pie al Santuario del Santo Cerro.
Adultos y menores comenzaron desde anoche a copar la parroquia del Santo Cerro y sus alrededores, unos para rendir culto a Nuestra Señora de las Mercedes; otros para solicitar un milagro o consuelo especial, y también para pagar promesas por los dones y favores recibidos de la más antigua de las vírgenes que adoran los católicos.
Sin embargo, no todo es devoción y alabanza a la patrona del pueblo dominicano, sino que es común la presencia de cientos de vendedores que ofertan a los visitantes al Santo Cerro desde efigies de la Virgen de las Mercedes, hasta crucifijos, velas, velones, cuadros, dulces, refrescos, comida rápida, agua y otros artículos.
Algo tradicional de esta celebración es que de regreso a la casa todo el visitante del Santo Cerro quiere llevarse una muestra de que subió al santuario: los famosos rosquetes hechos a base de maíz y las dulces y exquisitas canquiñas. Desde tres días antes de la fiesta religiosa el Ayuntamiento comienza a instalar casetas organizadamente, desde donde venderán los artículos propios de la comunidad.

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